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Ellas También Juegan

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Mauricio Barraza Alvarado

22 de Marzo a las 15:30 horas en el Estadio Elías Figueroa Brander”, decía la citación entregada a la jugadora de la sub 17 de Santiago Wanderers de Valparaíso, Paulina Contreras, quien junto a sus compañeras de plantel fueron invitadas a la presentación del nuevo director técnico del primer equipo, Moisés Villarroel.

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Más de 350 personas ligadas al club porteño se encontraban reunidas aquel miércoles por la tarde en el campo de fútbol. Entre administrativos y jugadores de las distintas categorías se presentaba su presidente, Rafael González Camus, quien agradeció la asistencia al evento con motivo de apoyo hacia la difícil situación que atraviesa el cuadro Caturro tras su descenso a segunda división en diciembre de 2017.

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Luego de apelar a la “familia” que es Santiago Wanderers, el presidente cedió el micrófono al recién asumido entrenador,  Moisés Villarroel, el cual señaló la importancia de que estuvieran presentes los jugadores de las divisiones menores del club, planteando que son precisamente ellos el futuro de la institución. Todo esto, sin hacer mención alguna a las representantes femeninas del club, que también habían sido invitadas y se encontraban presentes en la ceremonia.

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Fue precisamente esta omisión de méritos la que provocó resquemor en Paulina y sus compañeras de equipo, quienes al igual que los conjuntos masculinos, representan al Decano. Entrenando 2 veces a la semana en el Estadio Municipal de Placilla alrededor de 90 minutos en cancha de pasto sintético, a diferencia de sus compañeros, a los que se les facilita el Complejo Deportivo Mantagua, en donde gozan de canchas de pasto natural para desarrollar sus entrenamientos.

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Estas son algunas de las diferencias de oportunidades y valoración hacia el trabajo que vienen haciendo las jugadoras femeninas de Santiago Wanderers, quienes no logran practicar en óptimas condiciones. Este caso puede reflejar la situación que viven cientos de jugadoras a lo largo del país, participantes de las ligas nacionales en representación de sus clubes correspondientes.

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“Aún hay ciertas injusticias en comparación a los hombres” manifestó Contreras, la volante de creación de 16 años. “Siento que a nosotras nos tienen en el club no porque quieren, nos tienen porque deben” dijo en referencia al reglamento de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, el cual obliga a los clubes a tener equipo femenino adulto y equipo femenino sub 17 para poder participar de los campeonatos nacionales.

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Si bien, el reglamento de la ANFP incentiva que existan equipos femeninos dentro de los clubes de Chile, siguen siendo pocos los recursos entregados a las jugadoras, pues aún no existe una valoración social del fútbol femenino, en donde deben entrenar en precarias condiciones, mientras sus colegas masculinos reciben gran cantidad de herramientas y oportunidades que permiten la profesionalización de sus torneos en el país.

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Paulina fue enfática en decir: “Si hoy nosotras no hacemos algo al respecto… ¿qué será para nuestras futuras generaciones?” Dejando claro que tenemos mucha tarea por delante, en donde como sociedad debemos valorar el trabajo desempeñado por las chicas del balompié, y así en un futuro, las instituciones futbolísticas entreguen el apoyo que corresponde a las ramas femeninas pertenecientes a sus respectivos clubes, con quienes comparten la pasión por el juego de la pelota.

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